DESPUÉS DE CUBA, ESTADOS UNIDOS. ¿Qué hay por dentro y por detrás de una peregrinación internacional del Papa? Francisco en Washington, Nueva York y Filadelfia

Murale Francesco Usabien

Los días de la visita del Papa Francisco a los Estados Unidos de América (Washington, Nueva York y Filadelfia – 22/27 de septiembre), desde el punto de vista de los compromisos pastorales, de los diferentes públicos y de las temáticas que serán afrontadas, abrirán un amplio panorama en un magisterio ya rico y articulado, y podemos subdividirlos metodológicamente en cuatro eventos: Casa Blanca, Congreso, Naciones Unidas y Filadelfia (donde no solo se llevará a cabo el Encuentro Mundial de las familias sino también otros actos igualmente relevantes).

Casa Blanca. El primer compromiso del Santo Padre será la visita de cortesía al Presidente Barak Obama en la Casa Blanca (23 de septiembre). Está previsto un encuentro privado y los discursos oficiales del Presidente y del Pontífice, en base a los cuales la opinión pública podrá evaluar la sintonía que existe entre ambos sobre las dos principales cuestiones que hoy afligen a la humanidad. Sintonía que, como es bien sabido, no existe en cambio con otros sectores políticos estadounidenses (personas, grupos y medios), claramente críticos contra el Papa. El tema del encuentro no será solo el Acuerdo entre La Habana y Washington, que incluye la cuestión del embargo contra la Isla, sobre el cual sólo puede decidir el Congreso. Recientemente el arzobispo de La Habana fue muy franco al respecto: hay una gran esperanza en el levantamiento del embargo que tanto afectó a los cubanos, y en una nueva etapa en las relaciones diplomáticas entre los dos Estados (“La Tribuna de La Habana”). Crece también en muchos sectores la idea de que la solidez del Acuerdo dependerá precisamente de la eliminación definitiva del embargo, lo que significa que mientras eso no ocurra todo será frágil y precario.

Hay otras cuestiones urgentes que también estarán presentes en la reunión en la Casa Blanca: el Acuerdo de la comunidad internacional con el Irán de los ayatollah sobre el tema nuclear (fuertemente rechazado por Israel), que está siendo tratado en el Congreso de Estados Unidos con fuertes resistencias a la ratificación; el dramático estallido de la crisis de los migrantes, especialmente sirios, y el comportamiento heterogéneo de los gobiernos de la Unión Europea; el agravamiento del conflicto palestino israelí; la persecución cada vez más feroz  contra los cristianos, sobre todo en Asia y África; y todos los otros conflictos “menores y olvidados” que pueden agudizarse en cualquier momento, expandiendo la inestabilidad y las amenazas contra la paz. En fin, es probable que haya una consulta amplia, aunque rápida, sobre los temas de la agenda mundial de este año 2015, que lamentablemente no ofrece especiales motivos de serenidad, esperanza o satisfacción.

Congreso. Al discurso del Papa en la Casa Blanca se podrán adjuntar después las reflexiones que Francisco dirigirá el 24 de septiembre a las dos Cámaras del Congreso estadounidense, una sede de alta y determinante relevancia política y estratégica para el destino de la humanidad. Sin duda el Papa es muy consciente de la centralidad planetaria de esta sede donde, para bien y para mal, tantas veces se decide el futuro de millones de seres humanos. En Estados Unidos algunos esperan un discurso centrado en cuestiones económicas y sociales, otros en cambio piensan que el Papa preferirá referirse a cuestiones de carácter ético para insistir en la centralidad del hombre y su dignidad respecto a los mecanismos de los modelos de producción y de consumo. Otros más imaginan un fuerte llamamiento al deber de administrar la riqueza de manera equitativa y solidaria, porque en definitiva de eso depende el drama de la pobreza y del empobrecimiento de grandes regiones del planeta. De todos modos, la opinión prácticamente unánime es que la acogida que reciban las palabras del Papa en esta prestigiosa e importante sede será fundamental para toda la relación del pontificado con la opinión pública estadounidense.

ONU. En síntesis, la Casa Blanca y el Congreso son los momentos con más alto y visible valor político del viaje a los Estados Unidos y a los que se sumarán los contenidos de la esperada alocución que el Papa pronunciará en Nueva York ante la 70ª Asamblea General de la ONU (25 de septiembre), que por otra parte debe aprobar el “Programa para el desarrollo 2015-2030”.

Filadelfia. Por último, será el momento de Filadelfia (26 y 27 de septiembre), con la Vigilia del 26 y la Celebración Eucarística conclusiva del 27, que relanzarán enormemente la visibilidad y el magisterio del Santo Padre. La opinión más difundida entre los especialistas en la materia sugiere que no es razonable esperar que los discursos de Francisco tengan el “sabor” de una apertura del XIV Sínodo Ordinario sobre la Familia a realizarse en el mes de octubre. Seguramente el Papa, respetuoso de la autonomía consultiva de los padres sinodales, elegirá un camino diferente y por lo tanto no entrará en temas específicos, objeto de las reflexiones sinodales que comenzarán dentro de un mes. Lo más probable, en cambio, es que el Santo Padre vuelva a proponer el contenido de las 27 catequesis sobre la familia que desarrolló en las audiencias generales desde el 10 de diciembre de 2014 hasta la última, el 16 de septiembre de 2015. No hay duda de que el Papa Francisco enmarcará su magisterio ante miles de padres y madres, niños, jóvenes y ancianos, provenientes de diversos países y continentes, en el clima de una grande y gozosa fiesta, sobre todo porque el espíritu de este Encuentro, desde su nacimiento, fue celebrar la familia cristiana.

1. A PUNTO DE COMENZAR EL VIAJE MÁS DIFÍCIL. Los principales desafíos del Papa Francisco en Cuba, Estados Unidos de América y la ONU

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