Se llama Carmen Beatriz Bretin Lindemann, pero lo vecinos, cuando hablan de ella, usan un sobrenombre que se suele aplicar a los extrajeros rubios: “La Gringa”. Pero lo que realmente caracteriza a la señora de aspecto plácido que apareció ante las cámaras del programa Telenoche de Canal 13 es que se trata de la nuera legítima de Adolf Eichmann, el jerarca nazi responsable de la “solución final”, quien se ocultó en el país durante 10 años cuando terminó la segunda guerra mundial. Y allí hubiera terminado sus días si el Mossad no lo hubiera localizado, secuestrado en 1960 con una operación clandestina, trasladado con el mismo secreto a Israel, condenado a muerte y ahorcado el 31 de mayo de 1962. Carmen Beatriz Bretin Lindemann vivió con el hijo de Adolf Eichmann en un barrio de Buenos Aires y de él tuvo una hija, bautizada con el nombre de Verónica. La relación terminó con una separación 12 años después.
Por el “abuelo”, como lo llama con afecto, Carmen derramó algunas lágrimas de emoción ante las cámaras del canal argentino, que había enviado un equipo completo a la localidad de Misiones donde la mujer vive y donde tuvo la mala idea de presentarse como candidata a intendente en las elecciones que se celebran el domingo junto con las nacionales por la sucesión de la viuda de Kirchner. Inmediatamente la rotularon como “la candidata nazi”, provocando una oleada de críticas que involucran al partido Unión Popular, parte del Frente Renovador, una derivación del peronismo cuyo referente es el actual candidato a la presidencia Sergio Massa.
“La historia que ustedes conocen, de los libros y las películas, es la que escriben los judíos”, afirma frente a las cámaras de televisión, dando a entender que la literatura en circulación es totalmente parcial. Se conmueve al recordar a su suegro alemán: “No era una mala persona, solo cumplía órdenes de arriba”. Y termina absolviéndolo sin medios términos: “Él personalmente no mató a nadie”.
Carmen Beatriz Bretin Lindemann considera que “Hay mucha injusticia por el abuelo”; “la historia que ustedes conocen es la historia que escriben los judíos”, insiste con expresión afligida. El entrevistador le pregunta qué siente cuando ve imágenes de Holocausto y la respuesta demora algunos segundos, después dice: “Ver eso es como ver otros holocaustos, donde mueren mil personas cosiendo en un taller clandestino. Eso sí que es peor todavía”.
Palabras que no hacen bien a la democracia argentina cuando faltan pocos días para una ronda electoral verdaderamente importante.
El aspirante a la presidencia Sergio Massa, uno de los tres que todavía está en carrera, pidió que fuera expulsada; la mujer presentó su renuncia y no será candidata municipal en las elecciones del domingo; la Delegación de Asociaciones Israelitas de Argentina, la DAIA, estigmatizó sus declaraciones con un comunicado y reclamó “que sea excluida de todo proceso electoral en nuestro país”, dando instrucciones a su departamento jurídico para que evalúe eventuales acciones legales”.