CHAVISTAS EN REBELIÓN. Cada vez más voces piden la renuncia de Maduro y su círculo mágico, responsables de la derrota electoral. ¿Para cuándo una verdadera autocrítica?

Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, de acusadores a acusados
Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, de acusadores a acusados

El chavismo venezolano trata de liberarse del abrazo asfixiante de Nicolás Maduro y su círculo mágico, después de la peor derrota electoral en casi veinte años de gobiernos bolivarianos. Operación tardía, que tampoco le dio resultado al candidato argentino justicialista Daniel Scioli con la viuda Kirchner, y debió rendir las armas frente a un Macri rampante. Pero a falta de una verdadera y dolorosa autocrítica, por el momento toma distancia de Maduro, cuyo destino parece marcado.

Javier Antonio Vivas Santana no es cualquiera, sobre todo considerando que escribe para la página web Aporrea de sincera e incuestionable fe chavista. Dicho esto, Javier Vivas afronta decididamente el tema y pocos días después de la derrota de Maduro en las elecciones parlamentarias pide a viva voz su renuncia y la de Diosdado Cabello, presidente saliente de la Asamblea Nacional de Venezuela y hombre fuerte de la era pos Chávez. El autor del artículo define como “evidente y previsible” el resultado electoral y lo considera no solamente “una derrota parlamentaria” destinada a cambiar en profundidad el equilibrio de poder en el seno del órgano legislativo por excelencia, sino “una verdadera deslegitimación popular de Maduro”. La argumentación es impecable: “Conforme en 2013, las elecciones de alcaldes fueron de aprobación para Maduro; ahora ese mismo pueblo le ha dicho que su gestión al frente del Ejecutivo Nacional ha sido nefasta, sectaria, corrupta y ramplona”.

La página web Aporrea, que dice identificarse “con el proceso de transformación revolucionario y democrático” de Venezuela, tilda de “retrógrada” a la dirigencia posterior a la muerte de Chávez, derrotada en las urnas el 6 de diciembre, y le imputa atrasos e ineficiencias: en vez de tomar las medidas urgentes que exigía la gravedad de la situación, prefirió jugar a la ruleta rusa “esperando que subieran los precios del petróleo con el propósito de suplir las necesidades básicas de la población”. El incremento no se produjo y los ingresos fiscales del Estado siguieron cayendo, los programas sociales generando déficit y las reservas monetarias agotándose, con una inflación galopante y desbocada que devora salarios y poder adquisitivo. El resultado de esta política “se tradujo en el empobrecimiento acelerado de la población”.

En consecuencia –concluye Javier Antonio Vivas Santana- Maduro y Cabello deben renunciar.

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