La visita de Barak Obama a Cuba, desde mañana 20 hasta el 22, seguramente será “solo” eso: una visita. No parece realista esperar más que compromisos sinceros y generales de continuar el camino emprendido el 17 de diciembre de 2014, hacia la plena normalizacón de las relaciones bilaterales tras medio siglo de guerra fría. Sin embargo, en este “encuentro” solemne, público y oficial radica toda la importancia histórica del evento. En cierto sentido, conservando la debida y prudente distancia, este encuentro se parece un poco al otro –hace algo más de un mes- también en La Habana, del Papa Francisco con el Patriarca Kirill. En esa oportunidad la relevancia histórica también se debió al encuentro mismo, el abrazo, el mirarse a los ojos tras un milenio de distanciamiento. Uno y otro, aunque radicalmente distintos, quedarán grabados en la memoria por su esencialidad: un encuentro después de la separación; un volver a encontrarse después de tanta distancia (no física); un apretón de manos y un abrazo después de la frialdad de los antagonismos. Es cierto que una pocas horas no van a resolver nada y las partes seguirán discutiendo sus diferencias. Lo que va a cambiar es el clima, la forma de aproximación, la consistencia de la cercanía, la mirada recíproca. Justamente hoy el Papa Francisco, artífice discreto y silencioso del acercamiento entre La Habana y Washington, recomendó a dos nuevos obispos: miren siempre al otro a los ojos para ver el corazón. A partir de mañana, entonces, a pesar de todas las incertidumbres, entre ellas el resultado de las presidenciales estadounideses y la derogación definitiva del bloqueo USA a Cuba, estos dos pueblos hermanos comienzan una nueva etapa en el largo camino de acercamiento que comenzó en riguroso secreto hace seis años. Seguramente para esta nueva fase las partes pueden contar con el apoyo no solo del Papa sino también de la diplomacia vaticana y de las iglesias tanto cubana como estadounidense. Por ahora poco o nada se sabe del Programa de la visita de Barak Obama, su esposa e hijas. Los órganos de prensa de Cuba y Estados Unidos especulan sobre posibles momentos, como dos encuentros del presidente con el pueblo cubano: uno en el teatro Karl Marx, el 21 de marzo, y otro en el “Estadio de pelota latinoamericano” la tarde del 22. Se afirma también que la señora Michelle Obama visitará un centro de salud en el barrio de Vedado. Tal vez haya un paseo por la “Zona especial del Mariel” donde se ha programado la construcción de la primera gran inversión estadounidense, una fábrica para construir tractores. Se ha dicho que Obama está muy interesado en ver personalmente esa parte de la capital, que se considera la base de lanzamiento de un gran boom económico cubano. Otros momentos del Programa serían: un paseo por La Habana Vieja, un encuentro en la Catedral con la Iglesia Católica y naturalmente un momento en la histórica y famosa Plaza de la Revolución.
CUBA ENCRUCIJADA DE DIÁLOGO. El encuentro Castro-Obama en La Habana después del encuentro Francisco-Kiril y la diplomacia de los puentes

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