La derrota electoral que sufrió el 23 de febrero, con la pérdida “dolorosa” de la capital, Quito –lo mismo que Guayaquil y Machala-, no desalienta al presidente Rafael Correa. Para despejar todas las dudas dice estar dispuesto para volver a presentarse para un tercer mandato como presidente de la república en las elecciones de 2017. La actual Constitución fija un máximo de dos períodos consecutivos. Pero todo tiene remedio, y el que propone Correa es el más directo: reformar la Carta Magna de Ecuador. “Es mi deber revisar la decisión que había tomado de no presentarme para una nueva reelección”, declaró. “Tengo la responsabilidad de garantizar que este proceso sea irreversible”. Por otra parte, ironiza Correa, la oposición también debería estar de acuerdo: “si como dicen el gran derrotado (en las elecciones del domingo) fue Correa, van a ser los más entusiastas en apoyar la reelección presidencial, porque seguramente perderemos en 2017″.
Correa sabe que cuenta con la fuerza necesaria para reformar la Constitución ecuatoriana y enmendar las restricciones. Siempre y cuando se conserve la actual relación de fuerzas parlamentarias. Con Alianza País, su movimiento, se identifican 100 de los 137 legisladores de la Asamblea Nacional.

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