Una cuaresma diferente para muchas mujeres colombianas, o por lo menos para las que viven en la región oriental del país, en la diócesis de Sonsón-Rionegro cuyo obispo es Fidel León Cadavid Marín. Los 462 sacerdotes que de él dependen podrán administrar el perdón, y por lo tanto el sacramento de la comunión, a las mujeres que durante el tiempo de Cuaresma confiesen que han abortado. El decreto del obispo se extiende a la jurisdicción de Antioquía y tendrá validez durante el tiempo litúrgico de la Cuaresma, vale decir, hasta el día de Pascua. La disposición se aplica también a los hombres que de algún modo provocaron, aprobaron o apoyaron la decisión de la mujer, así como a los médicos, enfermeras y otros profesionales que estuvieran implicados en la acción de abortar.
Como es sabido, el aborto es un acto sumamente grave y supone la excomunión automática, que puede ser revocada -y el pecado absuelto- solamente por el obispo. Monseñor Fidel León Cadavid Marín, de 62 años con estudios superiores en la Universidad Gregoriana de Roma y nombrado obispo por Juan Pablo II en 2001, extendió la facultad al clero durante un arco de tiempo determinado y especialmente significativo para la Iglesia, como es la Cuaresma, “para mostrar que Dios es clemente y rico en misericordia”, explicó el prelado. Monseñor Cadavid Marín, que durante muchos años fue párroco y profesor del seminario de Medellín, la segunda ciudad de Colombia, denunció también la extensión del fenómeno del aborto en la zona y reclamó a los hombres que asumieran la responsabilidad de los hijos, de todos, incluso de aquellos no previstos o no deseados.

ametalli@gmail.com

