Ayer a la tarde en Buenos Aires, ya de noche en Europa, los vecinos de la “villa miseria 1.11.14” y numerosos periodistas no solo argentinos, reunidos en la parroquia Madre del Pueblo del barrio de Bajo Flores, escucharon en religioso silencio la entrevista que el Papa Francisco concedió a la radio “FM Bajo Flores”, respondiendo en un video las 12 preguntas que le habían hecho llegar pocos días antes por e-mail. Según las primeras síntesis de la prensa, consiste en una larga reflexión del Papa centrada en el tema Iglesia, Evangelio y pobreza.
En su desarrollo el Papa Francisco afirma en varias oportunidades que necesita “el apoyo del pueblo de Dios, sobre todo por medio de la oración”. La mayoría de los presentes eran personas que conocen directamente al Papa desde que era arzobispo de la capital argentina y frecuentaba la parroquia, celebrando la Eucaristía en diversas oportunidades durante el año. Muchos vecinos del barrio, en efecto, mostraban con orgullo fotografías con el cardenal Bergoglio de visita en su casa, tomando mate o saludando algún anciano en cama cuando les llevaba la comunión después de la Misa.
En el curso de la entrevista, que se proyectó en pantallas gigantes después de la celebración de la Misa, el Papa Francisco habló largamente sobre el trabajo pastoral de los “curas villeros” (sacerdotes que trabajan en las periferias más pobras de las grandes ciudades). De manera especial el Santo Padre subrayó la importancia de la educación de los jóvenes y de acompañarlos durante su crecimiento, insistiendo en el hecho de que todo lo que hacen estos curas no es una cuestión ideológica sino una misión apostólica. Recordando lo que en el pasado se decía de ellos, el Santo Padre agregó: “Esos sacerdotes no eran comunistas. Eran grandes sacerdotes que luchaban por la vida. Trabajaban para llevar la Palabra de Dios a los marginados. Eran sacerdotes que escuchaban al Pueblo de Dios y luchaban por la justicia”. El Papa, interrogado sobre la comunicación comunitaria, destacó la gran importancia que ésta tiene, porque es una forma “cálida y desinteresada de comunicar la realidad y la vida”. Francisco, por último, también tuvo presente y saludó con afecto a los que están en la cárcel y a sus familiares, y a la pregunta “¿Qué es lo que menos te gusta de tu misión como Papa?”, respondió: “Los trabajos con papeles, los de oficina. Eso siempre me costó mucho”.

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