Monseñor Romero sí ha hecho un milagro. El obispo salvadoreño asesinado en 1980 mientras celebraba misa atrae todos los años al pequeño país centroamericano una avalancha de visitantes. Son datos del Ministerio de turismo de El Salvador. En 2013 ingresaron al país 1.822.003 turistas y un número considerable de ellos viajaron exclusivamente para conocer los lugares donde vivió Óscar Arnulfo Romero.
Hay agencias de viaje y operadores de América Central que desde hace años incluyen al “mártir Romero” en sus paquetes turísticos, con el correspondiente itinerario que visita los lugares de su vida y su muerte. La tumba de monseñor Romero, en la Catedral Metropolitana de San Salvador se ha convertido en una escala obligatoria.

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