FINAL FELIZ PARA JERSEY VARGAS. Su historia llegó hasta el Papa, que habló de ella con Obama. Y fue escuchada

El abrazo de Jersey a su padre
El abrazo de Jersey a su padre

Jersey Vargas abraza a su padre, Mario Vargas, después de dos años de estar separados. Por él viajó a Roma antes de que el Pontífice recibiera al presidente Obama y logró hablarle de su caso, semejante al de otros miles de niños que corren peligro de que sus padres sean expulsados de Estados Unidos.

Mario Vargas, el papá, es un mexicano sin documentos: arrestado en setiembre en Tennessee bajo la acusación de conducir en estado de ebriedad, transcurrió 6 meses en la cárcel y después lo enviaron a Louisiana, con la posibilidad de ser deportado. Fue excarcelado y volvió a encontrarse con su hija Jersey, quien no imaginaba que su súplica pudiera ser escuchada.

Mario Vargas fue transferido de Tennessee a un centro de detención en Louisiana, y allí recuperó la libertad contra el pago de una fianza de 5000 dólares reunidos entre sus amigos.

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