SE ROMPE LA TREGUA ENTRE LAS MARAS. Es urgente establecer otra para poner fin a cientos de homicidios mensuales. El análisis de monseñor Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador

Monseñor Fabio Colindres “explica” el Rosario a dos miembros de las maras
Monseñor Fabio Colindres “explica” el Rosario a dos miembros de las maras

En una reflexión sobre el fracaso de numerosas fórmulas de diversos gobiernos para frenar, contener y erradicar la violencia metropolitana, fenómeno que fundamentalmente se debe atribuir a las bandas juveniles (“maras”), monseñor Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador, exhortó a buscar “soluciones nuevas”, eficaces y convincentes. Todo lo que se hizo hasta ahora no parece haber dado los frutos que se esperaban. Las estadísticas oficiales de la Policía y del Instituto de Medicina Legal son aterradoras: en los últimos ocho años murieron 32.000 personas, un promedio de 4.000 anuales.

Mons. Gregorio Rosa Chávez recuerda que en los últimos 15 años la fórmula que usaron los políticos y las autoridades prácticamente se basó de manera exclusiva en el uso de “medios represivos” y eso no ha hecho más que acrecentar la angustia de la población sin ningún resultado positivo a cambio.

Años atrás, los gobiernos de la Alianza republicana nacionalista, actualmente en la oposición, aplicaron la táctica represiva con férrea determinación. El presidente Francisco Flores (1999-2004) lanzó el plan “Mano dura” y posteriormente su sucesor Elías Antonio Saca (2004-2009) el “Super Mano Dura”. A partir de 2012 los nuevos gobiernos del “Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN)”, ex guerrilla constitucionalizada, alentaron e incluso a veces apoyaron como “facilitadora” la llamada “tregua” entre las “maras” y consiguieron, en un primer momento, un importante éxito: los homicidios cada 24 horas bajaron de 14 a 5,3.

Pero ya hace varias semanas que este promedio volvió a aumentar a 10 por día, y la mayoría de las personas, incluso la Iglesia salvadoreña, considera que la tregua ha fracasado.

En respuesta, el gobierno incrementó la represión y las “maras” –como ha reconocido el Ministro de Seguridad Ricardo Perdomo- respondieron inmediatamente con ataques contra la Policía y unidades militares. Entre el 1 de enero y el 15 de abril estos ataques fueron al menos 60, vale decir que se han duplicado respecto al mismo período de 2013. Ricardo Perdomo hizo también una denuncia preocupante: algunos miembros de estas bandas han logrado infiltrarse en instituciones del Estado y probablemente, agregó, están recibiendo entrenamiento militar.

Frente aun panorama tan desolador, monseñor Rosa Chávez insiste: “Es un momento bien crítico (…); toda la gente está angustiada y con toda razón, necesitan respuestas” adecuadas. “Las respuestas represivas ya vimos nosotros que no funcionan; busquemos otra, en la que todos podamos ser en cierto modo autores, protagonistas, comenzando por la familia”.

El obispo auxiliar de San Salvador representa a la Iglesia católica local en la Comisión de Iglesias que el pasado miércoles comenzó un encuentro de discusión y reflexión sobre el problema.

La comisión intentará sentar las bases de un diálogo nacional que pueda llegar a definir un “roap map” para poner fin a la violencia. Por su parte Perdomo, que en nombre del gobierno apoya la iniciativa, aclaró que “no es una negociación entre la sociedad y las pandillas”, sino que “simplemente es un diálogo entre todos los sectores de la sociedad que se van a comprometer a resolver los problemas del país”. El ministro agregó que se trata de un trabajo que no alcanzará resultados inmediatos y al mismo tiempo ha confirmado que las autoridades continuarán aplicando el método de “represión, prevención y reinserción”. Contemporáneamente, otro grupo del que participa el obispo castrense monseñor Fabio Colindres, quien en el pasado apoyó con fuerza la tregua, junto con otras iglesias busca también identificar nuevas vías para afrontar el problema, insistiendo en el diálogo con las “maras”. En este sentido solicitaron al Presidente electo, Salvador Sánchez Cerén –que fue recibido el viernes pasado por el Papa Francisco y asumirá sus funciones el 1º de junio- que establezca un mecanismo formal de diálogo con las pandillas” y el relazamiento, manteniendo la tregua, de una estrategia de pacificación.

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