INÉDITO EXPERIMENTO EN MÉXICO. Se llama “Programa Emaús” y está pensado para sacerdotes en crisis y casos de pedofilia

La Casa Emaús
La Casa Emaús
Se ha inaugurado cerca del poblado El Tunal, en el estado mexicano de Coahuila y aproximadamente a 50 kilómetros de la ciudad de Saltillo, un centro cuya finalidad es “la rehabilitación de sacerdotes en situaciones o momentos difíciles que van desde el aspecto moral y psicológico hasta espiritual”, según se puede leer en la página web de la Diócesis de Saltillo.
El “Programa Emaús” –tal es el nombre del emprendimiento- nació por iniciativa del director del Programa, Rodolfo Mora Becerra, Misionero de Guadalupe, a raíz de una “sugerencia” del cardenal Adolfo Suárez Rivera. Ya era conocida la intención de monseñor Suárez Rivera, arzobispo de Monterrey, de crear un lugar de atención a sacerdotes con problemas específicos, como la pedofilia, pero falleció dos años atrás sin poder concretar su proyecto.
La “Casa Emaús” tiene disponibilidad para 20 sacerdotes y podrá recibir también religiosos estadounidenses. Mora Becerra explica que el nombre remite “al lugar del encuentro de los discípulos con el Resucitado, que les da nuevas fuerzas para seguir adelante”. Durante el programa, que dura entre tres y cinco meses, los sacerdotes recibirán apoyo espiritual, psicológico y atención médica.
En realidad, explica Mora Becerra,  ya se había implementado un proyecto análogo en la ciudad de Monterrey, donde unas 43 personas, entre sacerdotes y obispos, completaron el programa “con espíritu y entusiasmo renovados”.
El vicario general de la Diócesis de Saltillo, Gerardo Escareño, declaró al diario mexicano Vanguardia que la construcción de la “Casa Emaús” no fue una iniciativa de la diócesis sino que solamente fue aprobada por su arzobispo, Raúl Vera López (que estuvo presente en la inauguración junto con el cardenal Juan Sandoval Iñíguez). Destacó además que no se hizo ningún aporte económico para su realización, completamente a cargo de los Misioneros de Guadalupe. “Es una obra benéfica porque se reciben sacerdotes de todo el país es incluso de los Estados Unidos”, concluyó Escareño. “Algunos que yo he conocido, pasan por el curso, la terapia, la orientación, lo que necesitan, y el resultado siempre es positivo”.
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