EL MÉXICO DE LOS MUERTOS SIN NOMBRE. Hace dos años se produjo la masacre de 49 emigrantes interceptados por los Zeta. Todavía hay muchos cadáveres que esperan ser identificados

Una mujer muestra el retrato de su hijo desaparecido
Una mujer muestra el retrato de su hijo desaparecido

La mujer que muestra el retrato de su hijo desaparecido no se resigna a la desgracia. Hace dos años, 49 centroamericanos que viajaban desde sus países de origen hacia los Estados Unidos fueron interceptados en el camino por sicarios del cartel de los Zeta. Los cuerpos sin cabeza ni extremidades se encontraron después en una fosa común en el estado de Nuevo León, México, el 13 de mayo de 2012. Seis de ellos eran mujeres. En ese momento comenzó para muchas familias de Honduras un camino de dolor e incertidumbre. Después, algunas de ellas recibieron la confirmación (en base al análisis del ADN) de que entre aquellos cuerpos mutilados estaban sus hijos, hermanos o esposos, aunque debieron esperar aún más para recibir los cuerpos mutilados, llorarlos y darles sepultura. Pero solamente son diez las familias que pudieron hacerlo, informa el semanario mexicano Progreso, según una investigación dedicada a los cadáveres a la espera de recuperar su identidad. Que en México son muchos.

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