Las puertas se cierran a las espaldas de delegaciones cada vez más numerosas y de alto nivel y vuelven a empezar los trabajos en La Habana con dos temas importantes para alcanzar el acuerdo final: el alto al fuego bilateral y definitivo -después de los que declaró la guerrilla –y se interrumpieron al poco tiempo-, y el espinoso tema de la indemnización de las víctimas de la violencia. Ahora, bajo la mirada atenta de un alto representante de las Naciones Unidas y del uruguayo José Bayardi en representación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). El tiempo máximo que se ha establecido para presentar las conclusiones, que podrían ser definitivas, es de cuatro meses.
Un fuerte apoyo al nuevo ciclo de negociaciones dieron numerosos líderes religiososo católicos, islámicos, anglicanos, luteranos, ortodoxos y presbiterianos de Colombia. En una cara que suscribieron 26 personalidades piden al presidente Santos y a los jefes guerrilleros que perseveren en la negociación hasta alcanzar el acuerdo final.