PELIGRO MORTAL. En esta condición se encuentran muchos reporteros mexicanos. Escritores y periodistas, directores y actores lanzan un llamamiento al gobierno de Peña Nieto.

Caidos en el frente narco
Caidos en el frente narco

Son nombres de peso, y todos estampados al pie del documento que formula un solo pedido: “Que se esclarezca de inmediato” el homicidio del periodista Rubén Espinosa y el de todos los otros periodistas mexicanos asesinados antes, y que el gobierno asuma “el compromiso” de “garantizar la libertad de expresión en el país”. El destinatario es el presidente de México, Enrique Peña Nieto.

El breve texto empezó a circular a fines de la semana pasada en el blog del Pen America Center, la rama regional de la asociación mundial que unifica la voz de muchos escritores de fama que adhieren al Pen International. Las firmas del manifiesto comenzaron en sordina y progresivamente se convirtieron en centenares. Entre ellas figuran escritores del país que comparte la mayor frontera con México, Estados Unidos, como Noam Chomsky y Paul Auster, a los que se sumaron el centroamericano Sergio Ramírez y los mexicanos Juan Villoro, José Agustín, Homero Aridjis y Lorenzo Meyer. No demoraron las adhesiones de director ejecutivo del Comité para la protección de Periodistas, Joel Simon, y del Presidente del Pen American Center, Andrew Solomon, junto con su directora ejecutiva Suzanne Nossel.

Recorriendo el elenco de firmantes, se encuentra el nombre de los periodistas estadounidenses Seymour Hersh, Ariana Huffington, Christiane Amanpour, Jon Lee Anderson, Alma Guillermoprieto, Alan Riding y Anthony de Palma, junto a latinoamericanos como el nicaragüense Carlos Fernando Chamorro, Claudia Furiati (brasileña), Gustavo Gorriti (peruano), Martín Caparrós (argentino) y Lydia Cacho (mexicana).

En la nutrida selva de adhesiones se destacan también los cineastas mexicanos Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón, Gael García Bernal y Alicia García Bergua, confirmando que, en efecto, la inseguridad que viven los profesionales de la comunicación en México es un problema verdaderamente serio.

El crimen de Espinosa y de Alejandra Negrete, Yesenia Quiroz, Nadia Vera, y Mile Virginia Martín –las cuatro jóvenes que murieron con él el 31 de julio pasado- “ha sido un parteaguas”, tal como afirma la declaración. El texto recuerda decenas de periodistas que murieron asesinados en México, a lo que se suma el destino incierto de unos veinte desaparecidos. La mayoría de los crímenes permanecen en la impunidad. “Solo en el Estado de Veracruz catorce periodistas ha muerto de manera atroz y tres han desaparecido”, afirma el texto. “Hasta ahora, 37 colegas de Rubén Espinosa han tenido que abandonar sus trabajos, sus hogares y sus familias y desplazarse a la Ciudad de México tras recibir amenazas”.

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