FRANCISCO EN MÉXICO. Es la primera vez que un Papa entra al Palacio presidencial, símbolo de la revolución mexicana

El palacio presidencial. En el recuadro Peña Nieto y su esposa invitan al Papa | Composición de Emiliano I. Rodriguez
El palacio presidencial. En el recuadro Peña Nieto y su esposa invitan al Papa | Composición de Emiliano I. Rodriguez

Una de las muchas singularidades que tendrá el viaje del Papa Francisco a México, del 12 al 18 de febrero de 2016, es algo poco conocido y muy especial: el Papa Bergoglio será el primer Pontífice recibido en el Palacio presidencial, sede del Poder Ejecutivo federal. Esto ocurrirá el sábado 13 de febrero, en ocasión de la visita de cortesía del Santo Padre al Presidente Enrique Peña Nieto. Los Papas que visitaron anteriormente el país no estuvieron en esta prestigiosa y simbólica sede porque está directamente relacionada con la Revolución mexicana de 1910, revolución que, como es sabido, fue marcadamente anticlerical.

Algunos analistas mexicanos consideran que este evento se puede considerar el final definitivo de tantas décadas de una política caracterizada por un agresivo comportamiento anti cristiano y anti eclesial que no reconoce legalmente a la Iglesia católica y que promulgó leyes restrictivas del ejercicio del ministerio pastoral. En teoría, cuando se llevó a cabo la visita del Papa en 1979,  hubiera sido legalmente posible “arrestar” al huésped porque vestía el hábito talar, lo que está severamente prohibido.

La nueva etapa, difícil y gradual, comenzó precisamente con la valerosa visita de Juan Pablo II hace treinta y seis años. En esa peregrinación el Papa Wojtyla fue recibido con afecto y cortesía y el presidente de aquel momento, José López Portillo, lo saludó en el Aeropuerto de la capital. En las siguientes 4 visitas, incluso después de la normalización de las relaciones diplomáticas, san Juan Pablo II nunca acudió al Palacio Nacional. Tampoco el Papa Benedicto XVI entró en esta sede en 2012, pero en ese caso porque no visitó la capital. El Papa Ratzinger, recibido también con respeto y afecto, fue saludado por el presidente Felipe Calderón en la sede gubernamental de Guanajuato y León.

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