RESIDUOS DE GUERRA FRIA. La crisis migratoria de los cubanos bloqueados en América Central depende de viejas leyes estadounidenses que favorecen el éxodo de la Isla

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Hace ya varios meses que en diversos países de América Central ha estallado una crisis migratoria que involucra sobre todo a ciudadanos cubanos. El Papa Francisco pidió públicamente que se favorezca una solución humanitaria, pero en este caso tiene un origen muy particular y por esa razón está presentando una evolución compleja y delicada. Contemporáneamente, el gobierno de La Habana critica con dureza a Washington porque considera que Estados Unidos, a pesar de la normalización de las relaciones bilaterales desde hace más de un año, sigue tratando el problema con criterios políticos y y fines de propaganda.

En un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano, se afirma que estos ciudadanos son “víctimas de la politización del tema migratorio por parte de Estados Unidos” porque la política especial y privilegiada para admitir y acoger a los cubanos en el territorio estadounidense (que hace mucho tiempo está en vigencia como respuesta agresiva contra Cuba), favorece, estimula y protege la migración de los cubanos. Se trata de la famosa Ley de Ajuste Cubano que permite otorgar asilo y residencia automática a los cubanos y solo a los cubanos, prescindiendo de la manera como llegan al territorio estadounidense. Las leyes de Estados Unidos reconocen sin necesidad de ningún otro trámite, que la persona de nacionalidad cubana que entra en su territorio “huye de una dictadura” y por lo tanto debe ser protegida. Esa ley se aplica, desde 2006, con ulteriores privilegios (sobre todo económicos) a los médicos cubanos, provocando –deliberadamente- un preocupante efecto colateral: un verdadero éxodo de personal sanitario de la isla, que es uno de los centros más reconocidos y avanzados de la ciencia médica en el continente.

Hace ya varios meses que se la liberalizado la salida del país y muchísimos cubanos abandonaron legalmente la isla como turistas, pero con el propósito de migrar a Estados Unidos porque temen que el avance de la normalización de las relaciones entre Washington y La Habana, tarde o temprano traerá como consecuencia que terminen estas políticas favorables para los cubanos. En efecto, son muchos los cubanos que desde países sudamericanos se dirigieron a Estados Unidos atravesando un gran número de países de América Central y creando la grave emergencia que hoy se vive y está llegando a un punto crítico por varias razones: escasez de medios y estructuras en los países centroamericanos, rechazos y deportaciones recíprocas ejecutadas por los gobiernos locales y por último el aparente desinterés estadounidense por facilitar una solución y actualilzar sus políticas de acogida ante la nueva situación que se ha credado después del 17 de diciembre de 2014 (día del anuncio bilateral de la normalización de relaciones entre los dos países). Por su parte, Washington tampoco ve con agrado la llegada de miles de cubanos que, según las leyes vigentes, debería aceptar inmediata y automáticamente.

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