El problema de miles de cubanos bloqueados en América Central se había vuelto explosivo, pero comienza a encaminarse hacia una descompresión en el sentido auspiciado por el Papa y la Iglesia cubana, que habían propuesto la creación de corredores humanitarios para permitir el tránsito de los cubanos hacia su destino final, Estados Unidos. Los migrantes varados, sobre todo en Costa Rica, serán transportados por medio de un puente aéreo hasta El Salvador, y desde allí en ómnibus “reglamentados” (para evitar que suban migrantes de otras nacionalidades) hasta la frontera con Estados Unidos, cruzando México.
Según las declaraciones de los representantes del gobierno de Costa Rica que reproduce el diario La Nación, se trata de un “plan piloto” y en un primer momento debería beneficiar a 8.000 cubanos aproximadamente que se encuentran en ese país desde el 15 de noviembre con un permiso legal de tránsito.
La transferencia de cubanos comenzará a partir de la primera semana de enero, explica un comunicado oficial del gobierno de Guatemala. La mayoría de los interesados se encuentra en esta situación desde el 15 de noviembre, cuando Nicaragua tomó la decisión de cerrar sus fronteras debido a su incapacidad para hacer frente a la oleada migratoria.
En la búsqueda de esta primera solución colaboró también la Organización Internacional para las migraciones (OIM). A la reunión del lunes 28, que se llevó a cabo en Guatemala tras el fracaso de la anterior el 22 de diciembre, asistieron representantes de Belize, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Panamá. Ahora se espera la reacción de Washington, que según las leyes vigentes debería proporcionar asilo y asistencia a estas personas.
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