LOS RICOS TAMBIÉN LLORAN. El singular fenómeno de la diáspora de millonarios que abandonan Brasil antes de las elecciones presidenciales

Cuando llegaban llenos de esperanza...
Cuando llegaban llenos de esperanza...

No son precisamente millonarios los hombres que en la desteñida fotografía en blanco y negro bajan del barco en tierra brasileña, sino europeos del siglo pasado que llegan a Brasil a probar fortuna. Y probablemente algunos de ellos lo consiguieron, y hoy forman parte del restringido club de los ricos que dejaron a sus espaldas, bien lejos, las angustias de aquellos tiempos. ¿Entonces por qué, un siglo después, abandonan la tierra que los ha bendecido? La pregunta la planteó la revista brasileña Istoé en su último número, constatando que cuando faltan pocas semanas para las elecciones presidenciales, dos mil millonarios salieron del país que los elevó a un respetable estatus. ¿Qué induce a tantas personas con algo más que un buen pasar a tomar una decisión tan drástica, y sobre todo en un momento político en que deberían dar pruebas de solidaridad con el país, en vez de bajar los brazos de manera definitivamente pesimista? ¿Y quiénes son esas personas que forman la nueva diáspora?

El citado relevamiento de la revista Istoé, una news magazin del nivel de Time o Newsweek, promotoras de una virulenta campaña contra el ex presidente Lula, muestra que los que están abandonando Brasil son personas con un patrimonio neto considerable, con activos iguales o superiores a 1 millón de dólares estadounidenses. Se encuentran en un punto elevado de la pirámide social brasileña y tienen buen nivel de instrucción. Y tampoco serían los únicos que quieren irse. Según algunos sondeos, setenta millones de brasileños quisieran dejar del país sudamericano, sobre todo jóvenes. Dos de cada tres jóvenes consultados desearían tener o alcanzar con rapidez las condiciones económicas necesarias para poder emigrar.

¿Emigrar a dónde? Es la siguiente pregunta que intenta responder la revista brasileña. A la cabeza de los países de destino sigue estando Portugal, sobre todo por el idioma, si bien los estudios del Banco Central que cita Istoé muestran que el 51% de las inversiones de los brasileños en el exterior, por un volumen total de 3,2 mil millones de dólares, está radicado en Estados Unidos y España. El hecho es – afirma la revista – que el gobierno portugués ha lanzado una propuesta muy ventajosa: la concesión de un permiso de residencia para aquellos que invierten por lo menos quinientos mil euros en el sector inmobiliario del territorio nacional del país lusitano. Los brasileños ya invirtieron 1,07 mil millones de dólares. En cuanto a las razones de tanto desapego hay que buscarlas en la prolongada crisis que vive Brasil, que desde hace años oscila invariablemente entre recesión y estancamiento, y sobre todo en la corrupción endémica que afecta instituciones políticas y económicas. Lula, Dilma Rousseff después de él, Michel Temer y los candidatos que compiten en las elecciones del próximo 7 de octubre no convencen a la legión de acaudalados escépticos sino que precisamente el panorama político que se avizora en el futuro próximo de Brasil justificaría para ellos una medida radical.

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